Por una parte, antes del huracán María mi familia y yo nos preparamos en mi hogar por la magnitud que venía, compramos utensilios de primera necesidad. Al mismo tiempo volvimos a los juegos de mesas durante el huracán como el pasado huracán llamado Irma pero presencie varias lecciones tales como angustia y preocupación por mi familia. Otra es solidaridad con las personas que perdieron material o su salud. Son situaciones que ninguna persona está preparada. Por ejemplo, en el barrio donde convive mi abuelo muchas personas perdieron su hogar, además de mi abuelo perder su techo mi corazón se hizo trizas porque no fue mucho por lo material sino por lo sentimental. Fue una casa construida por mi abuelo y su hermano, la preocupación y la angustia que sentí fue demasiada al ver lo fuerte que fue el huracán. A causa del huracán ayude a mi abuelo y a sus vecinos en lo que podía después de lo sucedido. Fueron días agotadores pero llenos de esperanza. Por otro lado, conocer personas en filas o vecinos. Además, conocer las necesidades de las personas más agobiantes que las que se me presentaron. Por ejemplo, la situación de un policía no está fácil porque no pueden ver casi a su familia y no se pueden comunicar con ellos.
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Una tarde agradable 